Las reglas necesarias para sostener un emprendimiento

Emprender con un amigo puede ser el mejor punto de partida, pero no siempre alcanza con conocerse de toda la vida o compartir una visión. A medida que el negocio crece, lo que antes se resolvía con una charla empieza a requerir acuerdos más formales. ¿Qué pasa si uno quiere vender su parte? ¿Cómo se define el ingreso de los hijos? ¿Quién toma las decisiones clave

Para Pablo Loyola, CEFC® y vicepresidente de IADEF (Instituto Argentino De la Empresa Familiar), ordenar esos temas desde el principio es recomendable y necesario. «No se trata de desconfiar del otro, sino de proteger el vínculo y el proyecto», sostiene. Con el tiempo, entran en juego nuevas generaciones, aparecen intereses personales y los momentos de cada uno ya no siempre coinciden.

«Sin reglas claras, lo que antes funcionaba de forma espontánea puede volverse un problema. Muchos fundadores creen que esas charlas pueden esperar, pero dejarlo para más adelante suele traer incomodidades«, remarca Loyola. Por eso, es importante establecer pautas sobre cómo se toman las decisiones, qué lugar puede tener cada integrante de la familia, y qué hacer si uno de los socios quiere correrse.

Las reglas no enfrían la relación, le dan sustento. Según Loyola, son una forma de cuidar lo construido, permitir que el negocio siga creciendo y evitar que lo que nació de la amistad termine desgastado con el paso del tiempo.

Fuente: El Cronista

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