Las Empresas Familiares (EF) son el corazón de la economía argentina. Representan cerca del 80% de las empresas del país y generan una parte enorme del empleo. Pero tienen un talón de Aquiles histórico: la continuidad. La mayoría no logra pasar la empresa y patrimonio a la familia del fundador/a, y la razón principal es la falta de intereses comunes, y el aumento de conflicto entre familiares, que conviven sin claridad de roles de Empresa Familiar.
Lo que no se ordena con la preparación debida, se complica. Y cuando llega el momento del recambio, aparecen los conflictos que ponen en riesgo la gestión empresarial, la armonía familiar y preservación del patrimonio que comparten o compartirán.
Un webinar reciente organizado por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento, dentro del Programa Capacitar, confirmó la resistencia a la planificación sucesoria y la baja inversión en la continuidad
Tres grandes deudas: Protocolo, Sucesión y Acuerdos
Protocolo Familiar
Dato: El 73,4% de los encuestados no tiene protocolo.
Qué significa: No tener reglas claras para ordenar la relación familia–empresa– propiedad, y demuestra una cultura donde se actúa más por reacción que por planificación, falta de diferenciación entre vínculo afectivo y responsabilidad de gestión.
Plan de Sucesión
Dato: El 69,6% no cuenta con un plan definido. Otro 24,1% lo tiene “más o menos, informalmente”.
Qué significa: Alto riesgo de mortandad de Empresa Familiar. Por falta de planificación, escasa preparación en el ejercicio de roles de trabajo, directores y accionistas, así como sus relaciones de poder decisorio, y pérdida de control cuando cambia el liderazgo
Acuerdo de Accionistas
Dato: El 69,6% no tiene acuerdos claros sobre propiedad. Solo un 17,7% lo implementó.
Qué significa: No anticipar qué pasa si un socio se retira, vende o fallece es jugar con la incertidumbre. Pactar en tiempos de paz asegura continuidad en tiempos difíciles.
La profesionalización de Empresa Familiar no puede esperar
Las Empresas Familiares argentinas tienen resiliencia y empuje, pero todavía dependen demasiado de la intuición y de la figura del fundador/a. Sin conocimientos de Empresa Familiar, acuerdos, normas, dialogo y estructuras, la continuidad está en riesgo.
La profesionalización no es una opción, es una PRIORIDAD. Es una condición para sobrevivir. Avanzar con un Protocolo Familiar, un Plan de Sucesión y Acuerdos Accionariales es fortalecer a la Empresa Familiar y dotar a la familia del fundador/a de las capacidades para preservar el patrimonio y empresa con armonía.
Autores: Natalia Christensen y Pablo Loyola
